lunes, 9 de febrero de 2009

Obama usa su arma: la gente



Fue a Elkhart, Indiana -donde el desempleo llega al 15%, prácticamente duplicando el índice nacional del 7,6%- a explicar su plan y reforzar su mensaje: "Vine acá a prometer el cambio si éramos elegidos y ahora he vuelto porque voy a cumplir mi promesa", dijo antes de largarse a justificar los puntos principales de su plan de estímulo económico. Particularmente un punto: más gasto fiscal implica más estímulo, porque crea empleos y aviva el ciclo económico. "No es un plan perfecto, pero es del tamaño adecuado", dijo. "No puedo garantizarles que solucionará todo", advirtió, "pero puedo decirles que no hacer nada no es una acción" (video arriba). Interestante detalle en esta nota del New York Times: Obama candidato salía al podio con una animada canción de Stevie Wonder. Ahora se escuchó Radiohead y "Hail to the chief".



Luego, al final del día, sostuvo su primera conferencia de prensa en primetime, desde el East Room en la Casa Blanca, asegurándose una teleaudiencia de millones de personas (video arriba y otros segmentos al final de este posteo). De eso se trataba: de ocupar el poder de las masas ahí donde su inexperta muñeca política no le resultó -o al menos no estuvo a la altura de sus propias expectativas-: en el Capitolio, con los representantes y senadores republicanos. "Se han quitado del plan todos los proyectos que miembros de ambos partidos encontraron objetables", dijo. Luego tomó preguntas de la prensa, que cubrieron desde la economía hasta la política exterior.

El viernes el columnista del New York Times y Nobel de Economía Paul Krugman escribió que Obama y los Demócratas habían jugado mal sus cartas en momentos en que el país está a punto de caer "al abismo". Ocho años de políticas Republicanas desastrosas y sin embargo ahora son los Demócratas los que están a la ofensiva, escribió. Obama, sostuvo, se equivocó al ir a buscar los votos Republicanos; no hizo más que empoderar a la oposición, que ahora pone condiciones para dar su apoyo al plan.

Quizás de eso se trató todo esto. El mismo viernes el presidente Obama cambió el tono. En corto, dijo: esta crisis la heredé de una administración Republicana fracasada, las ideas Republicanas nos llevaron a esto y no vamos a condicionar el plan a esas mismas ideas y ¿saben que más? nosotros (los Demócratas) ganamos, la gente nos eligió para cambiar esto y eso vamos a hacer.

Fue lo que repitió el lunes en Indiana: ustedes nos pidieron cambio, y si el Congreso no aprueba un plan pronto, es el Congreso el que les está dando la espalda. En otras palabras, Obama se sacó el disfraz de presidente bipartidista y volvió a la carga como un candidato en campaña. Con la gran confianza y autoridad de ser uno que ya ganó, y que escuchó un mandato claro: no queremos más de lo que teníamos, queremos un cambio.

En la conferencia de prensa en la Casa Blanca Obama defendió su posición de gasto fiscal versus la rebaja tributaria y la exigencia de un menor involucramiento del Estado que los Republicanos exigen.


Obama quiso subrayar que la crisis está a punto de convertirse en una catástrofe de no mediar una acción inmediata. El mismo lunes el plan de estímulo económico fue aprobado en el Senado por 61 a 36 (gracias a tres senadores Republicanos que lo apoyaron, y a que Edward Kennedy ignoró por un rato el tumor cerebral maligno que lo tiene fuera de combate y volvió al Senado para votar ), y este martes 10 debería quedar completamente aprobado. Pero luego viene otra etapa que podría ser tanto o más complicada: conciliar la versión que aprobó la Cámara de Representantes con la que está aprobando el Senado. Este gráfico comparativo de CNN ilustra lo divergentes de ambos planes. (ACTUALIZACIÓN: en su editorial de hoy, el New York Times defiende la versión de la cámara porque contiene más ayuda para los desempleados y para los estados en problemas financieros y rebajas de impuestos más acotadas) Obama dijo que espera estar firmando la ley el próximo lunes, una meta bastante ambiciosa dadas las circunstancias. Por eso le interesa subrayar el sentido de la extraordinaria urgencia de la acción. Y mientras más gente lo escuche, mejor.

martes, 3 de febrero de 2009

Obama: "El error fue mío"



"No en seleccionar a Tom (Daschle), porque no hay nadie mejor preparado para liderar la reforma de salud, tanto en las políticas como en la política ("policy" vs. "politics")", aclaró el presidente Barack Obama en entrevista con Anderson Cooper en CNN. "Pero yo hice una campaña prometiendo cambiar Washington y la manera en que funciona; y no quiero mandar la señal equivocada a los estadounidenses, de que hay estándares diferentes, uno para la gente y otros para los poderosos (cuando no pagan sus impuestos)", dijo Obama. "Fue mi error, la embarré, y voy a asegurarme de que no pase otra vez". 

Comentario personal: A uno le enseñan cuando chico que hay que saber reconocer sus errores a tiempo, pero uno después aprende que cuando uno lo hace muy seguido terminan echándole la culpa de todo, y el recurso ese se gasta. Digo yo. Como sea, Obama apuesta a que le perdonen su candidez en el inicio de su administración, pero como bien apunta John Dickerson en Slate, el gran error de la administración fue no divulgar el problema con los impuestos de Daschle apenas supieron, a principios de enero. Mejor parecer torpe que parecer tratando de ocultar algo. Quizás Obama cree que aún es tiempo de parecer torpe. 

En la misma entrevista con Anderson Cooper, Obama dejó claro que tiene claro qué es lo que se espera de su gobierno: "La única medida con la que seré evaluado va a ser si salimos adelante en la economía", dijo. No es una tarea fácil. Pero al menos está clara.  

La pesadilla del gabinete de Obama: los impuestos

ACTUALIZACIÓN: Tom Daschle renunció a ser el Secretario de Salud de la administración Obama  (el contexto y el caso más abajo en este posteo), cediendo a la presión de los Republicanos y de los diarios hoy, particularmente la editorial del New York Times, según le comentó a Andrea Mitchell de NBC (video al final del párrafo). "Leí el New  York Times esta mañana y me di cuenta de que no puedo hacerme cargo de la salud pública si genero tanta distracción... llamé al presidente esta mañana". 

Obama, quien ayer había salido a respaldar a Daschle, emitió un comunicado público diciendo que aceptaba la decisión "con tristeza" y que "ahora hay que seguir adelante". 

Junto con los impuestos no pagados por Daschle por concepto de un auto y un chofer privados entregados por una compañía privada de inversiones (en el tiempo en que no era parlamentario), comenzaron a levantarse dudas sobre la relación de Daschle con algunas de las compañías que como Secretario de Salud debería supervisar. Particularmente se discuten sus ingresos, en el tiempo en que Daschle trabajaba en el sector privado, provenientes de empresas del área de la salud, por concepto de consultorías y charlas. La promesa y la exigencia de Obama de que la gente llegara al gobierno sin lazos ni intereses externos -que se condice con la rigidización de los requisitos a los lobbyistas que operan en Washington-, parecía muy contradecida con los antecedentes de Tom Daschle. 

Daschle estaba ya instalado en el gobierno, tanto que posó para Annie Leibovitz en su portafolio del último número de Vanity Fair.  Para ser una administración que llegó prometiendo el cambio, hay que admitir que al menos ha cambiado su gabinete. 

Como recuerda esta nota del New York Times, Daschle -la más importante baja política de un gobierno que recién comienza- fue uno de los mentores políticos de Barack Obama y varios de sus asesores ahora ocupan puestos en la Casa Blanca. 

Además de ser nominado a Secretario de Salud, Daschle había sido designado "zar" de la reforma de salud, un cargo para el que no necesitaba confirmación. También renunció a eso. 

La mencionada editorial hoy del New York Times fue actualizada online esta tarde: "Después de la publicación de esta columna, Tom Daschle hizo lo correcto -por sí mismo y, más importante, para la administración Obama-  y retiró su nombre de la nominación", dice. Luego agrega que Daschle puede haber sido motivado por la noticia del retiro de Nancy Killifer. 

Lo que nos da pie para enganchar con el texto original de este posteo: 




Parece que la gente que Barack Obama eligió para formar parte de su gobierno es pésima para pagar impuestos. En el proceso de confirmación en el Senado -requerido para algunos de sus puestos- aquellos incómodos impuestos no pagados en el pasado están haciendo pasar dolores de cabeza a la administración, en momentos en que intenta presentar una cara impecable en la gestión económica para lograr apoyo para el plan de estímulo económico. 

Hoy se supo de la renuncia de Nancy Killifer (la señora de la foto) al puesto para el que había sido nominada por Obama, un cargo nuevo, oficial de rendimiento de la Casa Blanca, posición en la que debía fiscalizar el gasto gubernamental. Como está dentro de la Oficina de Gestión de Presupuesto, debía ser confirmada en el Senado. Y se acordó entonces de que tenía un asunto pendiente que podía entorpecer su confirmación y crear problemas a Obama (¿por qué no avisó antes?). Los impuestos que debía estaban relacionados con su servicio doméstico. "Me doy cuenta de que en el actual ambiente mi asunto con el impuesto de desempleo en Washington D.C. puede ser usado para crear exactamente el tipo de distracción y retraso que debemos evitar", le escribió a Obama. 

Es el problema de impuestos más reciente en una secuencia que parece de comedia de equivocaciones. 

Primero fue el más importante de todos,  Tim Geithner, nominado para Secretario del Tesoro que tuvo que aclarar su confesado "error" -y pagar sus deudas pendientes, 34 mil dólares más intereses- para lograr su confirmación en el puesto.

El no tan curioso caso de Tom Daschle


Luego (ayer) estalló el caso de Tom Daschle, quien espera ser confirmado en el cargo de Secretario de Salud ("y servicios humanos", dice el título formal, lo que lleva a uno a preguntarse cuáles serán los servicios "no humanos"). Es un cargo muy importante porque una de las grandes promesas de Obama y uno de las principales prioridades de la gente es la reforma al sistema de salud que haga posible la cobertura universal. Resulta que Daschle -quien era senador y el líder de los Demócratas en esa cámara- no pagó en su momento 128 mil dólares en impuestos no pagados relacionados con el empleo de su chofer privado, el uso de su auto y otros gastos. Daschle pagó lo que debía (140 mil dólares, contando los intereses) y tanto Obama como otros líderes del partido salieron ayer en su defensa ("nadie es perfecto, pero nadie está tratando de ocultar nada acá", dijo el secretario de prensa que dijo Obama), pero ciertamente no es la imagen de limpieza y transparencia que pretende mostrar la administración. La próxima sesión para evaluar su postulación al cargo está fijada para el 10 de febrero.  

Como nos recuerdan en The Politico, en periodismo, tres es una tendencia: 

martes, 20 de enero de 2009

¿Y ahora qué?



Barack Obama se convirtió hoy en Presidente de Estados Unidos. Su discurso no fue tan emotivo, poético y conmovedor como muchos esperaban, pero sí fue concreto, directo y hasta elegante. Giró sobre dos ejes principales: 1) el problema de Estados Unidos ha sido creado en parte por todos los norteamericanos, y la solución pasará por todos; 2) se acabó la doctrina Bush en todos los sentidos. Lo dijo cuando dijo "Rechazamos como falsa la necesidad de elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales". Lo dijo cuando dijo "a los países musulmanes les decimos que queremos construir una nueva relación". Lo dijo cuando dijo "a quienes tengan la mano empuñada les decimos que si lo aflojan estrecharemos su mano".  Lo dijo cuando dijo "el mundo ha cambiado, y debemos cambiar con él". 

Obama le dijo adiós a Bush y a su manera de gobernar. 



También, como se anticipaba, habló de una "nueva era de responsabilidad", tanto la de las autoridades públicas como la que cada ciudadano debe asumir. Y rindió tributo a quienes crearon un país en el que finalmente fue posible que un hombre como él, negro, pudiera convertirse en presidente. Particularmente quienes sufrieron la esclavitud y la segregación. 

El video, la transcripción y el análisis del discurso están en esta impecable presentación multimedia del New York Times. 

O lo puedes ver acá mismo: 


Ahora empieza su trabajo en la Casa Blanca. Hoy miércoles se reunirá con su equipo económico. Ahí sí que no habrá celebración. 

Barackapalooza: véalo en directo


La gente empezó a llegar de madrugada, cerca de las 4 am. Se espera que se reúnan más de dos millones de personas. Y hace mucho, mucho frío, dicen. Esto parece un carnaval y en la televisión están derrochando más dulzura que un panal. En cualquier momento se ponen a cantar "Imagine". 

Esta de acá arriba es una manera de seguirlo en vivo. 
CNN también tiene un buen streaming acá, además de una interesante aplicación que permite compartir opiniones, impresiones o lo que sea a través de la barra de estatus de facebook. Uno puede compartir con sus amigos o con el resto del mundo. 

Si prefieren CSAN: 

lunes, 19 de enero de 2009

El don de la palabra



Como si no tuviera suficientes expectativas sobre los hombros, Barack Obama deberá satisfacer mañana la más inmediata de todas: su discurso inaugural. Tradicionalmente ocasión para que los presidentes luzcan sus mejores armas verbales, el que mañana pronunciará quien ha sido elevado a la categoría de "uno de los mejores oradores de la historia" en su país (cruza entre Martin Luther King, Jr, y John F. Kennedy, es el cliché desde su mentado discurso en la Convención Nacional Demócrata de 2004) ha generado "monumentales expectativas", según el contundente titular de CNN Politics.  

Se adelanta que será un discurso de cerca de 20 minutos que apelará a "una nueva era de la responsabilidad colectiva" en un país herido por la lógica del "yo primero"

Desde luego, Obama debe haber revisado el discurso inaugural de Abraham Lincoln. Pero también es  una apuesta segura decir que Barack Obama tiene que haber revisado más de un par de veces estos siguientes discursos. Uno que asumió para sacar al país de la Gran Depresión (esa sí que fue crisis económica) y se transformó en el mejor presidente de la historia de Estados Unidos, según reza el consenso historiográfico. Otro que asumió haciendo historia como representante de una nueva generación y cuya figura inspiró a legiones de personas a incorporarse a la vida pública. 


Franklin D. Roosevelt
: "lo único a lo que debemos tener miedo es al miedo mismo". (4 de marzo de 1933; la última ceremonia de toma de mando que se realizó en esa fecha, antes de programarse para los 20 de enero)


John F. Kennedy: "La antorcha ha pasado a una nueva generación de estadounidenses"; "no negociemos por miedo, pero tampoco tengamos miedo de negociar"; y el clásico "no preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país" (20 de enero de 1961) 

Obama: la audacia de la paciencia.



Quedan horas para que Barack Obama se transforme en el 44 Presidente de Estados Unidos. 

Será la toma de posesión de mando más esperada de la historia de ese país, y de las más esperadas del mundo. El camino a la Casa Blanca -quizás demasiado grandilocuente e insistente en la apelación a la figura de Abraham Lincoln- ha sido acorde con las expectativas. Ayer el rito de la espera se coronó con un acto masivo en el memorial de Lincoln en Washington DC, el lugar donde Martin Luther King, Jr, pronunció su famoso discurso de "yo tengo un sueño"; y a los pies de la estatua del senador de Illinois que liberó a los esclavos. La toma de mando está diseñada, de hecho, para celebrar un hito en la historia de la superación del racismo en Estados Unidos. 

Hoy en Estados Unidos se celebra el día de Martin Luther King, Jr. Obama lo celebró trabajando un momento en un hogar de adolescentes homeless. "Hoy celebramos no sólo a un soñador, sino también un hacedor", dijo. Él mismo tiene el desafío de lograr ambas cosas: mantener a su país soñando en la medida que muestra logros concretos. 

El presidente que sale, George W. Bush, se va con un récord de impopularidad: sólo un 22 por ciento de los estadounidenses apoya su gestión. El que llega lo hace con un récord de popularidad que será difícil de mantener, con un 79% de apoyo. 

Con tamañas expectativas, desilusionar es casi un gaje del oficio, sobre todo considerando el complicadísimo panorama que Barack Obama enfrenta dentro de su país (la crisis económica y sus coletazos) e internacionalmente (Irak, Afganistán y el mapa entero de Medio Oriente, gentileza en gran parte de Israel y Hamas). Por eso su retórica, desde que ganó la elección en noviembre (e incluso desde antes, aunque menos marcadamente) gira en torno al concepto de "en esto estamos todos juntos". Si John F. Kennedy no hubiera usado esa frase de "no preguntes qué puede hacer tu país; pregunta qué puedes hacer tú por tu país", Obama la habría inventado ahora.  "El camino que tenemos por delante es difícil. Puede que no lo logremos en el primer año, incluso en el primer período", dijo Obama en Chicago la misma noche de su triunfo. En sus sucesivas intervenciones ha resaltado incluso que las cosas se van a poner peores antes de mejorar. En aquel mismo discurso en Chicago, sin embargo, adelantó una promesa: "Llegaremos ahí; se los prometo, nosotros como pueblo llegaremos ahí". 

Una encuesta del New York Times y la cadena televisiva CBS encontró que el 61 por ciento de los estadounidenses cree que en los próximos cinco años la situación del país mejorará (y un 17 por ciento cree que se mantendrá igual). Incluso la mayoría de quienes votaron por John McCain (un 58%) se manifestó optimista. Mucha esperanza, pero también paciencia: la mayoría de los encuestados dijo que no esperaba mejoras en los primeros dos años.

En este impecable gráfico interactivo el New York Times presenta una muestra de las expectativas -o esperanzas, si nos ponemos más grandilocuentes- de 200 personas repartidas en 14 estados (azules y rojos, destacan en la nota). En orden de popularidad, los temas que más le importan a los entrevistados son la cobertura universal de salud, el medioambiente, la economía, la educación, el fin de la guerra, los derechos homosexuales, las libertades civiles, la imagen de Estados Unidos en el mundo, la separación iglesia-Estado, la responsabilidad y transparencia de los poderes, Guantánamo y la paz mundial (la lista sigue).  

Así llega Obama a convertirse en Presidente de Estados Unidos. Tiene en sus manos un trabajo casi imposible. Y en buena medida su éxito no solamente estará marcado por los avances reales en todos los frentes en crisis, sino también por la capacidad que tenga de renovar el compromiso de la paciencia de su electorado. 

Mañana comienza la era Obama. 
¿Y tú, qué expectativas tienes?